Reserve un hotel económico en Lyon

Lyon es la segunda ciudad más importante de Francia después de París. Durante la Edad Media Lyon pasó a ser una de las ciudades más comerciales de Francia y, posteriormente, uno de sus centros financieros dada la prosperidad económica derivada de las industrias textil y química. Y es que hay quien considera a Lyon como una de las capitales textiles de Francia y, a lo largo de la historia, la capital mundial de la seda. A día de hoy Lyon destaca por su actividad en las industrias químicas, farmacéuticas y biotecnológicas. Sin embargo, Lyon es más conocida por su patrimonio histórico…

¡Y gastronómico! Sí, Lyon es conocida como la capital gastronómica francesa y de esta ciudad provienen muchos de los platos franceses más famosos como la sopa de cebolla o la andouillette. La localización geográfica de Lyon, al norte del valle del Ródano, la convierte en un importante punto de comunicación entre Francia y el norte de Europa. Quizás por ello Lyon también sea la sede de múltiples festivales internacionales dedicados a la música electrónica, el arte contemporáneo, la danza, la literatura… Si le gusta el cine, no se pierda el festival Grand Lyon Film Festival. 

Sin duda, la mejor manera de ver (literalmente) todo Lyon, es subiendo a la colina de Fourvière, cogiendo el funicular. De esta forma, podrá admirar no solo la ciudad de Lyon sino también las ruinas romanas que la rodean (un anfiteatro galo-romano con más de 10.000 asientos y un museo). El momento más mágico para visitar la ciudad es a principios de diciembre. En esta época se celebra la Fiesta de las Luces y Lyon se convierte en el escenario de diversos espectáculos de luz y sonido. Esta fiesta atrae cada año a más de 4 millones de visitantes.

Por el centro, puede pasear por el barrio de la Croix Rousse, el distrito de los trabajadores de la seda, un pintoresco rincón de la ciudad repleto de calles estrechas y maravillas escondidas como el mercado del Boulevard de la Croix Rousse o el museo La Maison des Canuts sobre el arte de la seda. Pero, en la capital francesa de la gastronomía, no todo puede ser visitar monumentos. Al llegar la noche, no dude en degustar varios (o muchos) de los platos más típicos de la región en uno de los restaurantes “Bouchon” de la ciudad, muchos de ellos en las calles del Vieux-Lyon y la Rue Mercière en la Presqu'île. Recuerde probar los pralinés de postre, uno de los dulces más típicos de la región.

La manera más directa de llegar a Lyon es en avión, donde aterrizaremos en el Aeropuerto de Lyon Saint-Exupéry. Desde este nudo de comunicaciones se ofrecen vuelos a toda Europa, incluidas varias de las principales ciudades españolas. El aeropuerto también contiene una estación de tren y se sitúa a tan solo 25 kilómetros del centro de Lyon (a 30 minutos en Tram Express). También puede llegar rápidamente a Lyon en tren desde casi cualquier punto de Francia (2 horas aproximadamente desde París, Marsella o Montpellier).

Lyon cuenta con dos estaciones de tren: Lyon Part-Dieu y Lyon Perrache. Si prefiere viajar en coche, puede llegar a Lyon desde París a través de la autopista A6, o desde el sur de Francia por la A7. Estas autovías están conectadas con otras vías internacionales hacia Suiza e Italia.