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En el sudoeste de Francia y a orillas del río Garona se encuentra Burdeos, la capital de la región de Aquitania. La quinta ciudad por tamaño de Francia ha ocupado una importante posición desde tiempos lejanos. Numerosos han sido los pueblos que han pasado por el lugar: romanos, francos e ingleses, pero pocas pruebas han quedado de ello, al igual que de los sangrientos conflictos religiosos acaecidos en Francia durante la Edad Media. Burdeos es el segundo puerto comercial más antiguo de Francia, tras el de Marsella.

Fue bajo el dominio romano cuando comenzó a desarrollarse el comercio marítimo del vino, pero no fue hasta los años de dominio inglés en la Edad Media que verdaderamente prosperó la ciudad como puerto exportador, gracias a que poseía el monopolio del comercio del vino con Inglaterra. Con el descubrimiento de América, Burdeos no perdió la oportunidad de hacerse con un importante hueco en el floreciente y nuevo mercado que se abría en el Nuevo Mundo. Y, en el año 2007, la UNESCO declaró el Puerto de la Luna de Burdeos Patrimonio de la Humanidad.

El casco histórico de Burdeos rezuma elegancia por sus cuatro costados. Son numerosas las muestras de una arquitectura majestuosa que el visitante puede contemplar, como las mansiones del siglo XVII pertenecientes a antiguos mercaderes y banqueros. La Plaza de la Bolsa, rodeada por el Palais de la Bourse y el Hôtel des Douanes, es uno de los lugares más reconocibles de Burdeos por el reflejo que la silueta de ambos edificios forman sobre un espejo de agua ubicado en la misma plaza. El Gran Teatro, una obra maestra de estilo clásico en cuyo frontal aparecen esculpidas las estatuas de las doce musas, es otro de los emblemas de Burdeos.

La explanada des Quinconces, en donde se encuentra el monumento en honor a los Girondinos, está flanqueada por espacios arbolados y decorada con bonitas estatuas y fuentes. Y se antoja como el lugar perfecto para dar un tranquilo paseo mientras se conoce la ciudad. Otro sitio perfecto para pasear son los muelles del río Garona, a la sombra de las fachadas de los bellos edificios. Situado en el Hôtel de Ville, el museo de Bellas Artes de Burdeos propone una colección de pinturas desde el renacimiento. Y por supuesto, los visitantes no podrán abandonar Burdeos sin hacer una visita a la Maison du Vin, donde podrán informarse sobre los vinos de la región y hacer degustaciones. 

Burdeos tiene excelentes comunicaciones con el resto de Francia y Europa. En avión: su aeropuerto Burdeos-Mérignac, a tan solo 10 kilómetros de distancia del centro de la ciudad, opera con multitud de aerolíneas con destinos nacionales e internacionales. Iberia y Vueling son las dos compañías españolas que operan en él. En barco: aunque la mayor parte de los barcos que llegan y salen del puerto marítimo de Burdeos se destinan casi exclusivamente al transporte de mercancías, algunas compañías de cruceros también paran en la ciudad.

En tren: la estación se encuentra a tan solo 4 kilómetros del centro y conecta la ciudad con otras grandes metrópolis de Francia como Niza, Toulouse o París. Por carretera: Burdeos está muy bien comunicada con las principales ciudades del territorio francés. Para llegar rápidamente a la ciudad lo mejor es optar por coger la autopista, aunque tenga en cuenta que tendrá que pagar peajes. Enlaces de interés: http://www.tourisme-aquitaine.fr/es/tourisme-aquitaine/806/m1_000000/bur... http://www.france-voyage.com/francia-municipios/bordeaux-11299.htm