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Grenoble, al sureste de Francia, situada entre los macizos de Belledonne, Chartreuse y Vercors, es una ciudad construida en una meseta de 214 metros de altura en la confluencia de los ríos Drac e Isère. Muy rica en historia, cuenta con un clima bastante atípico con temperaturas extremas en los meses de invierno y verano. Desde el siglo XIX ha albergado numerosas industrias como la de la metalurgia o la de la minería. Pero el hecho de haber sido elegida para albergar los X Juegos Olímpicos de Invierno contribuyó a desarrollar y modernizar la infraestructura de la ciudad con un aeropuerto, autopistas y con la construcción de varias estaciones de esquí de fama mundial.

Hoy en día Grenoble también es conocida por ser un centro de innovación tecnológica, a la vanguardia en investigación sobre electrónica, energía nuclear y nanotecnología. De hecho, es el segundo centro de investigación de Francia después de París. Grenoble se plantea como el lugar idóneo para disfrutar tanto de unas inolvidables vacaciones familiares como para aquellas personas que busquen la tranquilidad de sus paisajes montañosos.

A tan solo unas horas de Ginebra, Grenoble, una ciudad que aúna cultura, naturaleza, historia y arte, se erige como el destino perfecto para pasar unas vacaciones acompañado por los suyos. Para comenzar su periplo turístico, le recomendamos que se suba a primera hora de la mañana en el teleférico que lleva a la fortaleza de La Bastilla. Una parada obligatoria que ningún visitante de Grenoble debería perderse. Mientras inicia la ascensión podrá disfrutar de la vegetación del Macizo de los Alpes al mismo tiempo que podrá contemplar una hermosa vista de la ciudad.

Si está especialmente interesado por el turismo de montaña, no puede dejar de visitar el parque natural de Chartreuse o la estación de deportes de invierno de Chamrousse. Si, por el contrario busca unas vacaciones más relajadas le aconsejamos que, después de hacer la parada obligatoria en el teleférico, aproveche para visitar tranquilamente la ciudad: la plaza de Notre Dame, la plaza Grenette, su casco histórico y varios museos.

Puede acceder a Grenoble a través de su aeropuerto de Grenoble-Isère, a tan solo 40 km del centro de la ciudad, o a través de los aeropuertos de Lyon-Saint Exupéry o de Ginebra. La red ferroviaria dispone de muy buenas conexiones. Está comunicada con París mediante TGV (tren de alta velocidad) y con Lyon, Chambéry y Ginebra a través del servicio de trenes TER.

Si opta por coger el coche las autopistas hacia el norte, el sur o el oeste están en muy buenas condiciones y muy bien señalizadas. Aunque la mejor opción, una vez se encuentre instalado en la cuidad, será optar por el transporte público o por la bicicleta. Enlaces de interés: www.grenoble-tourisme.com