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Aunque Arlés fue fundada por los griegos, fueron realmente los romanos quienes dejaron su impronta en esta localidad de la región de la Provenza-Alpes-Costa Azul. Arlés comenzó su apogeo con el declive de la vecina Massalia, hoy Marsella, pues en agradecimiento a la ayuda prestada durante sus campañas contra Pompeyo, Julio César otorgó los privilegios y posesiones de la vecina ciudad a Arlés. Durante este periodo se construyó en la ciudad el magnífico anfiteatro, que aún a día de hoy se puede visitar, y numerosas edificaciones civiles y militares, como el teatro antiguo, las termas de Constatino, el foro o la necrópolis romana.

Este extraordinario patrimonio figura en la lista de la Unesco. Durante la Edad Media, la piratería en el Mediterráneo provocó el declive del comercio marítimo, y por tanto de las ciudades portuarias. Los numerosos ataques hicieron necesario convertir a Arlés en una plaza fuerte que formaba parte de un conjunto de fortificaciones más amplio con el fin de proteger la costa. En el siglo XIX, llegan a Arlés personajes como Van Gogh o Gauguin, fascinados por los impresionantes paisajes provenzales, que contribuyen en gran medida a la fama de la que hoy en día goza la ciudad. 

La visita comienza en el extraordinario Anfiteatro de Arlés, también conocido como Les Arènes, uno de los monumentos que mejor se conservan de la antigua Provenza romana, y es el gran icono de la ciudad. Hoy en día se utiliza para toda clase de espectáculos, incluso corridas de toros. Si le gusta el espectáculo taurino, el verano es la mejor época para visitar la ciudad. Otra de las joyas de Arlés es su teatro romano, que hoy en día sirve de escenario para el Festival de la ciudad. Aquí se descubrió la Venus de Arlés que puede admirarse en el museo del Louvre. Debido a la inmensa oferta cultural que tiene la ciudad, le recomendamos planear su visita con tiempo.

No puede dejar de visitar la iglesia de Notre-Dame-de-la-Major ni los llamados Alys Camps, una avenida de tumbas medievales que fue inmortalizada por Van Gogh. Los amantes del pintor holandés tampoco pueden perderse el Espace Van Gogh, un antiguo hospital donde estuvo convaleciente el pintor y que a día de hoy se ha convertido en un centro cultural en el que se expone su vida y obra. 

Acceda a la bonita ciudad de Arlés por uno de los siguientes medios de transporte: En avión: los aeropuertos más cercanos son: el aeropuerto de Nîmes, a tan solo 22 kilómetros, el aeropuerto de Aviñón, a 42 kilómetros, el aeropuerto de Montpellier, a 77 kilómetros, y el aeropuerto de Marsella a 78 kilómetros. En tren: la compañía ferroviaria de Francia, la SNCF, pone a disposición de sus pasajeros 2 trenes diarios de alta velocidad (TGV) París-Arlés, Arlés París (dos trayectos al día, uno por la mañana, y otro por la tarde). En coche: es quizás una de las mejores opciones si pretende conocer la región durante sus vacaciones.

Son muchas las empresas que proponen el alquiler de vehículos en la zona del sur de Francia, aunque quizás la más conocida para los turistas europeos, especialmente los españoles, sea la franquicia Europcar. Enlaces de interés: http://www.arlestourisme.com/qui-sommes-nous.html http://www.france-voyage.com/francia-municipios/arles-1451.htm http://www.la-provenza.es/arles